Hace unas semanas asistí a una sesión sobre cómo realizar presentaciones y hablar en público impartida por M. Angeles Rodriguez, formadora de Everis.
En ella, nos recomendaba empezar haciéndonos las siguientes preguntas:
- ¿Qué quiero conseguir con la presentación? Informar, motivar…
- ¿Qué respuesta quiero obtener de la audiencia?
- ¿Qué imagen quiero transmitir?
- ¿Cuales son los mensajes clave de mi discurso?
- ¿Qué voy a contar?
- ¿De cuánto tiempo dispongo?
- ¿A quién va dirigida la presentación?
- ¿Qué es lo que más va a interesar a la audiencia de mi presentación?
- ¿Qué conocimientos tiene la audiencia sobre el tema?
- ¿Cuáles son las expectativas de la audiencia hacia el contenido?
- ¿Cuál será presumiblemente la actitud de la audiencia hacia mi persona?
- ¿Qué tipo de obstáculos me puedo encontrar, y cómo los voy a resolver?
Una vez seamos capaces de responder a todas estas preguntas ya tendremos una idea bastante clara sobre lo que debemos contar y cómo hacerlo y tendremos una base sobre la que empezar a trabajar. Además, toda presentación tiene tres partes diferenciadas:
- Inicio, donde se generan expectativas positivas sobre la presentación.
- Cuerpo, donde se transmite el contenido.
- Final, donde se recalca lo más importante, se dan agradecimientos, se responde a preguntas….
Además, ahí van algunos consejos:
- Selecciona las tres ideas principales y haz énfasis en ellas al principio y al final de la presentación.
- Muestra gráficos, objetos…
- Puedes utilizar una presentación uniforme gráficamente, o bien alternar slides impactantes para mantener la atención.
- La atención disminuye a los 90 minutos, así que puedes hacer descansos antes de que la atención decaiga. Estos descansos deben ser cortos para que la audiencia no pierda el enfoque.
- Puedes intercalar guiños al humor para mantener la atención de audiencia.
- Cierra con una frase o una imagen de gran impacto que genere un recuerdo positivo.
- Evita las muletillas y frases hechas.
- Adecua el lenguaje a la audiencia.
- Utiliza frases cortas.
- Utiliza los silencios.
- Pon ejemplos.
- Habla más lento de lo habitual.
- Alterna posturas corporales. Cambia de posición si es posible. Ello obliga a la audiencia a seguirte y mantener la atención.
- Evita posturas tensas.
- No esconderse detrás de mesas, sillas…
- Mira y habla hacia la audiencia
- Comprueba constantemente que la audiencia está conectada con la presentación.
- Haz preguntas retóricas.
- No mires nunca al vacío.
- No caigas en la tentación de mostrar en las slides todo lo que quieres contar. Las slides deben ser solo un apoyo al discurso, no un sustituto de tu discurso.
- Si va a pasar poco tiempo entre que prepares la presentación y la expongas, utiliza muchas imágenes y muy poco texto. Viendo las imágenes podrás situarte sobre lo que quieres contar en todo momento.
- En presentaciones largas puedes utilizar iconos o señales para situar en qué parte de la exposición te encuentras.